sábado, 17 de noviembre de 2012

Alejandro Gallo da voz a los soldados de la libertad en su nueva obra: "Morir bajo dos banderas"

El viajero curioso que visite el cementerio francés de Narvik (Noruega), donde yacen enterrados quienes en tan remoto lugar combatieron contra los nazis, verá acaso con asombro que unas cuantas lápidas tienen nombres y apellidos españoles: «Roberto Fortunato, Clemente Belsa, Manuel Ferrer...». Justo lo mismo que le ocurrirá en Túnez, también en un camposanto galo. Quizá sin tanta extrañeza, podrá comprobar en el monumento dedicado a la memoria del mariscal Leclerc en París que entre los caídos de la II División Blindada que liberó la capital francesa del terror hitleriano estaban «Constantino Pujol, Luis Cortes», pues es ya bien sabido que soldados republicanos españoles pelearon duro contra la cruz gamada. Pero volverá el estupor si el viajero se adentra en un cementerio vietnamita, cerca del puerto de Da Nang, y ve que allí descansan luchadores españoles.

¿Noruega, Francia, África, Vietnam? ¿Qué hacían allí nuestros compatriotas, aquellos que nunca se rindieron al fascismo que les había derrotado en su patria en 1939? ¿Cuál fue su historia? ¿Por qué nunca se contó en detalle o se noveló a fondo? Guiándose por las peripecias de los miembros de la familia Ardura, Alejandro M. Gallo hace una detallada crónica de las peripecias de las diversas tropas de origen español que participaron en la II Guerra Mundial, desde los fiordos noruegos, la toma de Berchtesgaden o los campos de internamiento del norte de Africa. Todo ello hasta la derrota del III Reich y la toma del Nido de Aguila se junta en su nueva novela "Morir bajos dos banderas", presentada el pasado viernes en una libreria madrileña.

La novela responde a cuestiones que la historia aún no ha dado solución: ¿Cómo se armó a los guerrilleros que tomaron el Valle de Arán? ¿Por qué había republicanos españoles con las fuerzas del Vietcong combatiendo a los norteamericanos? Acompañado en el acto por el editor Jesús Egido y el diputado Gaspar Llamazares, Gallo se planteó estas últimas preguntas y encontró la respuesta: "fueron los soldados de la libertad, había que darles voz. Eso es Morir bajo dos banderas".
El propio Llamazares confesó que el tema de la memoria le sigue preocupando ya que le gustaría "dar voz a las víctimas y con ella dar sentido a una lucha antifascista que no ha terminado".

El autor explicó que la idea del libro surgió tras leer los trabajos de investigación realizados por los historiadores Secundino Serrano y Evelyn Mesquida recogidos en los libros La última gesta y La Nueve. Un hecho clave fue el encuentro con Mesquida ya que le propició una serie de datos con los que Gallo comenzó a dar forma a esta novela. "Nace en ese momento como una necesidad que explicase por qué en todos los lugares hay tumbas con nombres de soldados españoles", comentó el escritor.

Siendo una fantástica crónica de hechos militares, es también un emocionante documental humano, de aquellos hombres, que, viéndose obligados a abandonar su país, pusieron su vida en juego, para luchar por sus ideales. El autor explicó que en el libro "se retoman conceptos como honor, vergüenza y patriotismo, pero con un enfoque muy distinto de los tópicos mezquinos y canallas que han ensuciado esos ideales".

Si duro es sobrevivir a una guerra, imagínense a dos



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