domingo, 18 de noviembre de 2012

Isabel San Sebastián: "En el relativismo en el que vivimos, la lealtad, la valentía y el honor; están más que nunca en desuso"



Isabel San Sebastián vuelve a adentrarse en la Edad Media en su nueva novela, Un reino lejano, una novela épica y ambiciosa que sumerge al lector en torno a unos escenarios medievales poco tratados anteriormente: del desconocido y brutal imperio mongol a la trepidante reconquista y la expansión del Reino de Aragón de la mano de los almogávares por el Mediterráneo.



Como es natural tratándose de una novela que se desarrolla en la Edad Media, el honor es un concepto, un principio muy vivo en muchas de las páginas de Un reino lejano, y que la autora considera que actualmente "está muy devaluado", comentó la autora en la presentación en una céntrica libreria madrileña. Y, en ese sentido, se mostró muy crítica con los políticos actuales, quienes, en su opinión, "viven y actúan en función de intereses electorales cortoplacistas", pero "las traiciones a uno mismo se acaban pagando", subrayó San Sebastián , quien extrapola esa tesis a la identidad nacional.


Acompañada de Esperanza Aguirre, San Sebastián ha comparado la novela histórica con una máquina del tiempo que permite trasladarse a cualquier escenario en cualquier momento. A su juicio, la cuarta novela que escribe reúne aquellos valores intangibles que en la actualidad se han perdido. "En este tipo de relativismo en el que vivimos me apetecía hablar de principios como la lealtad, la valentía y el honor, hoy más que nunca en desuso", ha comentado la periodista, para quien el libro es un canto a la amistad, un valor que "hace que la vida merezca la pena". Se trata, pues, de una historia impregnada de "coherencia, esfuerzo, nobleza, dignidad y esperanza", ya que la periodista ha pretendido poner por escrito un relato que "habla de la capacidad de sobrevivir moralmente".


Un reino lejano busca reflejar la ambición de la escritora por mostrar otra visión diferente del Medievo: “me paso la vida porfiando a propósito de ese prejuicio sin fundamento que dibuja la Edad Media como un tiempo oscuro de barbarie y violencia o, peor aún, como un tiempo de tinieblas y acero en el universo cristiano, empeñado en ahogar en sangre la presunta luz del conocimiento y la tolerancia propios de un concepto imaginario del Islam”.

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