lunes, 15 de julio de 2013

Feria del libro de Madrid

Ir al Retiro durante la Feria del Libro de Madrid es una costumbre que en mi casa se sigue desde que tengo recuerdo, y eso son muchos años. La visita se vivía con expectación y que a los títeres de Don Redondón sumábamos la sorpresa del libro que nos íbamos a llevar a casa.

Después la tradición se modificó un poco y, aunque seguíamos yendo con nuestros padres, estos nos daban un dinerito para que fuésemos nosotros los que pagásemos el tesoro seleccionado. ¡Lo difícil era elegir uno solo!

Pero los tiempo cambian e ir a la Feria, aunque se ha mantenido como costumbre, ya no es lo mismo. Ahora en vez de ir una vez con mis padres, voy varias veces y el presupuesto hay que dividirlo en dos veces para no gastarlo de golpe (esto, por supuesto, sigue igual: libro veo, libro quiero). Además, la Feria se ha convertido en un encuentro con amigos, amigos del foro, pero también amigos escritores  y editores, sin que por ello sigan faltando los libros infantiles para los peques de la familia.

Y aún así, hay tres cosas que no cambian:

  • Los rumores de llevarse la Feria a otro sitio lejos del Retiro, que este año han vuelto con fuerza y aumentados. Ya no se trata solo de llevársela a la periferia, sino que quieren convertirla en un cruce de feria profesional y cobrar entrada, que aunque luego te la descuenten en el primer libro que compras, no es lo mismo.
  • Las casetas sobrantes, esas casetas clónicas no solo por fuera sino también por dentro: los mismos libros, los mismos autores firmando, la misma falta de alma de los que venden libros como pueden vender electrodomésticos porque solo importa la caja al final del día.
  • La ausencia de fondo de catálogo en editoriales medianas y grandes. Acudes a la caseta editorial con toda tu ilusión preguntando por ese libro que no encuentras en tus librerías cercanas, pero que te resistes a encargar y te dicen que no lo tienen porque es antiguo y solo han traído novedades. Oiga, que las novedades ya las tengo en todas las demás casetas de librerías generalistas.
La primera vez que los rumores de llevar la Feria al Ifema tuvieron visos de realidad, a Gallardón se le ocurrió encuestar a los madrileños y usuarios del Retiro. La respuesta en contra debió ser tan abrumadora como para quitarle la idea de la cabeza por todo el resto de su mandato. La gracia de la Feria radica en que juntas libros  y naturaleza en un paseo en el que lo mismo te achicharras bajo el sol que te cae una tromba de agua y además está en un sitio emblemático y bien comunicado para todos los que no vivimos en Madrid sino en los alrededores.

Las otras dos cosas son más fáciles de cambiar, pero afectan a la recaudación directa del ayuntamiento: eliminar del todo las librerías generalistas y prohibir la venta de libros editados en el último o los dos últimos años salvo a las editoriales con pocos títulos (menos de 100, por ejemplo).

De un lado consigues no hacer competencia a las librerías que no pueden permitirse pagar caseta en la feria y no pueden aplicar el descuento al estar fuera del Retiro y por el otro consigues abaratar las casetas para todos y facilitar que se amplíe el catálogo de libros disponibles.

Y de esta, el librero de mi localidad me mata, porque sobrevivía de las ventas que hacía en el Retiro.


¿Vosotros qué opináis?
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viernes, 5 de julio de 2013

Evita Perón: ¿Mito o realidad?



¿Dónde acaba la realidad y empieza el mito? Eva Perón lo abarca todo. Las verdades, leyendas, amores y odios que se tejieron alrededor de su controvertida figura muestran la profunda huella que dejó Evita en la memoria popular argentina y la dimensión del mito que se inició con su temprana y trágica muerte.

En 'Evita, realidad y mito' Felipe Pigna reivindica a la mujer de Perón como sujeto político con entidad propia, más allá de su imagen como icono popular. En la planta más alta de la sede de Planeta en Madrid, justo en el torreón que da al Paseo de Recoletos, el escritor e historiador argentino relata con voz suave y pausada el objetivo principal de su obra: "Este libro le da la palabra a Evita para que el lector conozca de primera mano sus impresiones y pensamientos en los distintos momentos de su vida."

Sesenta años después de su desaparición, Argentina sigue polarizada en torno al peronismo y sus prácticas políticas. “Es difícil establecer un consenso en un país en el que un sistema político es débil y donde la oposición, a falta de lograr un poder, depende de un poder mediático”, afirma el autor de 'Los mitos de la historia argentina', que durante dos años encabezó la lista de libros más vendidos de Argentina.



La popularidad de Evita creció gracias a su voluntad de mantenerse conectada con las masas populares. "Empoderó a la gente, les hizo ver que tenían poder y derechos," explicó Pigna. Lo mediático de su imagen y la fuerza de su discurso le hizo ganarse también numerosos enemigos, quienes enceguecidos por el poder de masas de Evita, destruyeron “sus hospitales, hogares de ancianos, escuelas” y escondieron su cadáver y prohibieron su nombre y sus fotos. Y sin embargo, como señaló Pigna, “no hicieron otra cosa más que generar una fuerte identidad peronista. Sus propios enemigos fueron quienes forjaron el mito de Evita”

El libro también abarca un episodio de la tensa relación que mantuvieron Eva Perón y Carmen Polo. Felipe Pigna ha recopilado en el libro una serie de discursos que dio la política argentina en nuestro país, así como, algunas de las anécdotas que tuvo con la esposa de Franco. "Evita le propuso ir a pasear a Carmen Polo por los barrios pobres. Pensaba Carmen que en coche pero Evita le obligó a ir casa por casa", comentó el escritor entre risas. Las dos mujeres eran de personalidad y carácter contrapuesto y en uno de los rifirrafes Eva Perón cuestiona incluso el poder de Franco Hay también un diálogo muy rígido entre ellas en el que Evita le cuestiona el origen del poder de Franco. "También se atrevió a decirle que el siglo XX sería el del feminismo triunfante." 

De su legado se han tratado de aprovecharse organizaciones de muy diverso espectro ideológico, quienes reivindican sus políticas y dicen defender hoy su causa. Tan manida, alabada y criticada, quizás ya es hora, en opinión de Felipe Pigna, que se realice un debate serio y riguroso sobre su persona y se sitúe su importancia política en el contexto en el que se desarrolló.

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